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Del Holocausto

 

 

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Letonia

 

Bloque de imagen y textoRumbula

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En Riga



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Diciembre de 1945. Salvoconducto de viaje de Herberts Cukurs.
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39 Mildas

Autor: Girts Ragelis, Latvia.

 

Cuaderno de notas del libro Los que nunca olvidarán

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La carta de Judith Sternberg  

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Riga/ Rumbula/ Auschwitz

Hay una muy amplia documentación sobre lo acontecido en aquellos tiempos en Breslau, y existe un registro de víctimas que permite establecer con bastante precisión la cantidad de judíos de esa ciudad muertos tras las deportaciones a los campos de concentración y exterminio. Con respecto a lo ocurrido con quienes trabajaban en el Hospital Judío que había dirigido Felix Miodowski, el  JüdischesKrankenhaus, gracias a la generosidad de la historiadora polaca Katharina Friedla he podido consultar una carta fechada el 8 de enero de 1946, escrita por una antigua enfermera. La mujer, llamada Judith Sternberg, era sobreviviente de Auschwitz y con los años se convertiría en una destacada memorialista del Holocausto.

En esa carta (cuyo original en alemán se reproduce más arriba) enviada a una amiga desde el refugio donde se alojaba en la Ohestrasse de Hannover, ella cuenta en una letanía abrumadora el destino de cada una de las personas de aquel hospital:


"El doctor Kaiser murió en Theresienstadt de tuberculosis. Su esposa, la enfermera Suse y su hijo fueron deportados a Auschwitz en 1944. El doctor Miodowski murió en Theresienstadt. La doctora Boehm murió de tifus y la doctora Gruenthal murió despedazada por los perros en Auschwitz. La doctora Bucka murió de tifus, al igual que el doctor Heidenfeld. El doctor Schneider murió en las cámaras de gas. El doctor Hirsch Kauffmann, del departamento de Pediatría, aún vive, pues como estaba casado con una mujer no judía no fue deportado. La enfermera jefe Toni se suicidó con cianuro. La enfermera Franze se suicidó con una sobredosis de Veronal luego de haber recibido una paliza de los SS en Auschwitz. La enfermera Mirjam fue asesinada en Polonia. La enfermera Charlotte se casó y luego murió de tifus, al igual que la enfermera Vera. Y yo misma tuve que ayudar a la esposa del rabino Dr. Lewin a trasladarse a la cámara de gas. A Hilde Gorbe, que estaba casada con el cuidador, la mataron de un balazo en Riga. La señora Lorsch (o Losch), la cocinera, fue a la cámara de gas el mismo día de su llegada a Auschwitz. El doctor Mehrlaender murió después de dos semanas en Auschwitz. Lo mismo ocurrió con el rabino doctor  Schein. Hanna Lewin murió de tifus. Betti Lubowski emigró a Nueva Zelanda poco antes del estallido de la guerra. La hermana del señor Gutmann, la señora Jacob, fue gaseada con su esposo en Auschwitz. El hijo de ellos logró sobrevivir y regresó a Breslau. El cuidador Hans Abraham llegó a Suiza con una tuberculosis grave. Su esposa fue gaseada. La enfermera Ida fue gaseada junto con su hermana. La supervisora Hanna vino de Theresienstadt a Auschwitz en el 44, y también fue gaseada. La enfermera jefa Elsa murió de tuberculosis en Theresienstadt. Los padres de Bubi Salomon, que trabajaba como cuidador, fueron asesinados a balazos en Riga. La señora Landberger, de la guardería, murió de disentería. La enfermera principal Rosa, del hogar de ancianos, también fue gaseada. El doctor Triest murió de tifus. El señor Gruenfeld, el conserje de la sinagoga, vive". 


La relación continúa hasta el final de la carta con esa atonía que resulta de una potencia casi intolerable. No debió de ser esa la intención de la enfermera Sternberg. Ella simplemente se habrá puesto a escribir lo que recordaba de Auschwitz pues lo consideraba su primera tarea como sobreviviente. Y lo que recordaba en ese momento eran dos cosas: los nombres de las personas conocidas y la forma en que cada una de esas personas había muerto o había sobrevivido, pero como en los campos morían de a miles y se salvaban de a uno, en su prolija enumeración la locura asoma con mansedumbre para unir las letras una tras otra, formar las palabras y los nombres, y decir de esa forma aquello que tal vez nunca podrá enunciarse de otra manera.

Fragmentos del libro "Los que nunca olvidarán".

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